Buenos chicos que tal los examenes.
Maestra e sacao un 9,6 en sociales en los mapas a ver como se les da a ellos.

San Isidro

Nace San Isidro Labrador casi finalizado el siglo XI, en 1082, iluminado con su ardiente fe al pueblo de Madrid.

Su profundo amor a la Eucaristía, su entrañable devoción a la Santísima Virgen, toda esta vivencia de la Iglesia en plenitud, le impulsa a identificarse con el pueblo, con los niños, con los desvalidos, con los que sufren hambre de pan y del alma, con todas las criaturas de Dios, como adelantado y predecesor del Serafín de Asís.

Sus portentosos milagros, más de cuatrocientos, se contemplan en su Proceso de Canonización.



En graja de Iniesta también se celebra:

todo el mundo se ba a el campo acompañando al santo, cuando se termina el trallecto nos espera un buen almuerzo

organizada por el presidente de San Isidro.

Cuando terminamos a los niños nos ponen colchonetas y mientras los mayores hacen la comida.

A las 4:00 de la tarde hacen lanzamielto de hazada para hombres y mujeres y juegos populares para los niños.

Al terminar cada uno puede hacer lo que quiera, o quedarse a cenar o irse.

Os invito a venir, os lo vais a pasar muy bien.

La rosa de los vientos.




Una rosa de los vientos o rosa náutica es un círculo que tiene marcados alrededor los rumbos en que se divide la circunferencia del horizonte.

En las cartas de navegación se representa por 32 rombos (deformados) unidos por un extremo mientras el otro señala el rumbo sobre el círculo del horizonte. Sobre el mismo se sitúa la flor de lis con la que suelen representar el Norte que se documenta a partir del siglo XVI.

También puede ser un diagrama que representa la intensidad media del viento en diferentes sectores en los que divide el círculo del horizonte.

Ya queda poco para HALLOWEEN

GALILEO GALILEI

lunes, 4 de octubre de 2010



Galileo Galilei nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Lo poco que, a través de algunas cartas, se conoce de su madre, Giulia Ammannati di Pescia, no compone de ella una figura demasiado halagüeña. Su padre, Vincenzo Galilei, era florentino y procedía de una familia que tiempo atrás había sido ilustre; músico de vocación, las dificultades económicas lo habían obligado a dedicarse al comercio, profesión que lo llevó a instalarse en Pisa. Hombre de amplia cultura humanista, fue un intérprete consumado y un compositor y teórico de la música, cuyas obras sobre el tema gozaron de una cierta fama en la época. De él hubo de heredar Galileo no sólo el gusto por la música (tocaba el laúd), sino también el carácter independiente y el espíritu combativo, y hasta puede que el desprecio por la confianza ciega en la autoridad y el gusto por combinar la teoría con la práctica. Galileo fue el primogénito de siete hermanos de los que tres (Virginia, Michelangelo y Livia) hubieron de contribuir, con el tiempo, a incrementar sus problemas económicos. En 1574 la familia se trasladó a Florencia y Galileo fue enviado un tiempo al monasterio de Santa Maria di Vallombrosa, como alumno o quizá como novicio.



En 1581 Galileo ingresó en la Universidad de Pisa, donde se matriculó como estudiante de medicina por voluntad de su padre. Cuatro años más tarde, sin embargo, abandonó la universidad sin haber obtenido ningún título, aunque con un buen conocimiento de Aristóteles. Entretanto, se había producido un hecho determinante en su vida: su iniciación en las matemáticas, al margen de sus estudios universitarios, y la consiguiente pérdida de interés por su carrera como médico. De vuelta en Florencia en 1585, Galileo pasó unos años dedicado al estudio de las matemáticas, aunque interesado también por la filosofía y la literatura (en la que mostraba sus preferencias por Ariosto frente a Tasso); de esa época data su primer trabajo sobre el baricentro de los cuerpos -que luego recuperaría, en 1638, como apéndice de la que habría de ser su obra científica principal- y la invención de una balanza hidrostática para la determinación de pesos específicos, dos contribuciones situadas en la línea de Arquímedes, a quien Galileo no dudaría en calificar de «sobrehumano».

Ya estamos en la escuela